domingo, 20 de junio de 2010

Quiñe chrecan allca uñotui chripantu


WE TRIPANTU
KIÑE

Los antiguos mapuches lo sabían desde niños y tenían una fiesta que hablaba de esa aventura. El año comenzaba para ellos el día del Solsticio de Invierno, el día más corto del año. La noche más larga, cuando parece que las tinieblas se apoderan para siempre de la tierra. We Tripantu se llamaba la fiesta “La Nueva Salida del Sol“.

Desde el Verano se preparaban, secando semillas de Copihue, y el día anterior sólo comían de ellas para purificarse por dentro.

También acontecía el Trafkintu, el intercambio de semillas o especies, porque el comienzo de un nuevo año trae el intercambio de los afectos y la renovación de ellos.
La promesa de seguir juntos en Red Dados.

Llegando el día, antes en verdad, apenas a la primera señal del Pu Liwen Antu, (señal esperada con ansias) casi en penumbras avanzaban hacia un río, un lago, un arroyo para el baño ritual, el Muñetun. Es el momento cuando las aguas tienen virtudes especiales, cada molécula viene cargada de energía, del Newen (Poder) surgido del interior de la Ñuke Mapu (Madre tierra). El agua los purificaba y con eso también comenzaba la renovación del Ser, el encuentro de todas las cosas. La vida volvía a tener un nuevo sentido.

La soledad se escondía debajo de las piedras. Se volvía a escuchar los ríos profundos y el canto de guerreros escondidos. No se hablaba del vacío para no despertarlo. Se danzaba entonces esperando la salida del Sol y su victoria sobre las penumbras, la desolación y el egoísmo.
La savia sube a la copa de los árboles. La nueva salida del sol ilumina el camino del silencio que duerme al interior de las semillas.




Epu
El año para el pueblo mapuche llega su fin. El tiempo duerme y de a poco penetra en su abismo. Pero no hay ocultamiento en el canto que nombra a la Tierra. La estación de las lluvias es nuestro único consuelo. Afuera un poco lejos. La tierra encuentra su punto más lejano al sol. Se acerca al horizonte máximo de su desapego. Es momento de encontrarnos con el vínculo. Ya vendrá el tiempo de estar juntos nuevamente. Quienes aman saben del recorrido que se da en torno al sentido de lo que se ama. Luego vuelven a encontrarse, de eso trata el vínculo, de ver los sentidos que existen al interior de él. En el Solsticio de Invierno los astros logran una equidistancia entre ellos. En nosotros la distancia es también tiempo. El día se cubre de niebla y parece que oscurece más temprano. En el hogar se debe juntar la comida para el invierno. No importa, dicen los ancianos, ya viene el We Tripantu, la Nueva salida del Sol sorprenderá primero a quienes han perdido su centro. ¿Qué es lo que nace o se pierde en cada giro que damos al sol ? Solo lo que se ama verdaderamente permanece. La mañana comienza a modular la versión de sí misma, una mano invisible recoge los objetos perdidos y mas tarde sin duda tendremos un día de lluvia.

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La Palabra como la Semilla

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Patagonia, Sur, Argentina
"...Si me voy antes que vos, quiero que tus noticias hablen del aire y del sol..."